Crónica de las jornadas junio 2008



1ª Jornadas Librepensamiento. Crónica para caminar sin dogma.

El jueves 19 de junio comenzaron las jornadas en el teatro de las Aguas entre el dorado y el rojo del teatro a la italiana, con la proyección de la película de Galileo, drama biográfico sobre el brillante matemático y científico Galileo Galilei de Joseph Losey basado en la homónima obra de Bertol Brech, obra hecha, no para entretener, sino plantear interrogantes, suscitar dudas y movilizar el pensamiento. La vida de Galileo es una invitación a la reflexión sobre la lucha que el conocimiento científico ha tenido que librar contra los prejuicios que representó la Iglesia católica en defensa del dogma que mantiene los intereses y privilegios de la clase dominante. Tras la proyección hubo un interesante debate sobre el dogma y la ignorancia, pilares del privilegio para que todo se mantenga sin cambio. Ignorancia que hoy se mantiene y que el Estado ha conseguido hacerlo con la complicidad de los propios ignorantes haciendo creer que lo que sabemos es suficiente para nuestra vida, lo mismo que le dijo la jerarquía eclesiástica a Galileo, no es necesario aprender más, las cosas están bien como están.

Continuamos el viernes 20 con una conferencia sobre el lugar que ha ocupado y ocupa dios en el pensamiento.

¿Por qué Dios con tanta frecuencia en el pensamiento, especialmente en la modernidad a partir de Descartes? La respuesta a esta cuestión no puede reducirse a un nivel personal, ya que muchos filósofos, en cuyo pensamiento aparece Dios, no eran personas religiosas o, incluso, declaraban abiertamente su agnosticismo o ateísmo. Descartes, pensador claro y brillante, fue el elegido en la conferencia para tratar de explicar esta cuestión, ya que es el iniciador de la época moderna en la filosofía. El autor del "Discurso del método", iniciador también de la filosofía de la subjetividad y pensador barroco, comienza con la duda, muy acorde con el escepticismo filosófico imperante en el contexto histórico que le tocó vivir. Al hablar de "duda" lo que se quiere plantear es que ante el más mínimo planteamiento que ponga en cuestion la verdad, que no parezca absolutamente verdadero, se considerará entonces falso y se eliminará. Ante la disyuntiva, presente desde los inicios de la filosofía, entre el conocimiento sensible y el conocimiento racional, Descartes considerará que los sentidos nos engañan; ante la evidencia de que el conocimiento sensible nos engaña en ciertas ocasiones, concluirá que pueden engañarnos siempre. Así, en este primer nivel de duda se puede decir que Descartes se carga el mundo externo, "quedándose solo" (ni siquiera con su propio cuerpo, el cual pertenece también al mundo sensible). Pero en el siguiente nivel de duda concluirá la imposibilidad de diferenciar entre sueño y vigilia sin el conocimiento sensible, afirmando que en ambas situaciones existe algo que parece absolutamente cierto y es el conocimiento matemático. Aquí, Descartes realiza un artificio literario para avanzar en su pensamiento, y habla de un "genio maligno" capaz de engañarnos en nuestro acceso al conocimiento matemático. Lo que en realidad plantea es "cómo podemos saber que existe un orden del pensar y un orden de la realidad y que esos dos órdenes coinciden", es la gran pregunta del escepticismo filosófico. Dudar entre la conexión entre el pensamiento y la realidad sería el máximo nivel de duda. En este punto, Elena puso un ejemplo clarificador y terrible al hablar de los prisioneros de Guantánamo, a los que se aisló sensorialmente, sin ningún conocimiento del mundo externo, una tortura no menos cruel por no dejar secuelas físicas. Éste sería el cogito cartesiano, el pensamiento puro, "solo yo y mis pensamientos". Lo que quiere decir el conocido "pienso luego existo" de Descartes es que si existe la acción de pensar se garantiza la existencia del acto de pensar. No obstante, Descartes no se queda solo en este punto, lo que le convertiría en un escéptico más, sino que desea el conocimiento de la verdad. Considerará que el pensamiento existe y admitirá tres tipos: conocimiento de conciencia que proviene del exterior; el conocimiento que se construye en nuestra imaginación, y las ideas innatas. Con estas últimas nacemos y entre ellas está, por eliminación de las dos anteriores, la idea de Dios. Esta es la gran trampa de Descartes, ya que esta idea innata que es Dios es la que destruye al "genio maligno", la que garantiza el conocimiento de la verdad. Cuando yo realizo un enunciado racional, Dios será el garante de que se corresponda con la verdad. Hasta tal punto este plantemiento fue importante, que todos los filósofos racionalistas posteriores no comenzarán con la duda, sino con esta idea de Dios. Leibniz dirá que si existe un orden racional, un fundamento de la verdad, será gracias a Dios, el cual cumple este papel fundamental en la modernidad al hacer de puente entre el pensamiento y la realidad. Nietzsche será el único capaz de realizar una ruptura con su enunciado de que "Dios ha muerto" (frase que en realidad es de Hegel, pero a la que sacará su máximo partido Nietzsche) y afirmar que no existe ese puente ontológico, que no hay ningún garante de la verdad. Desde los inicios del Cristianismo todo el afán del pensamiento filosófico y científico ha sido reducir la multiplicidad a la unidad: para explicar la realidad es necesario reducirla a uno, y el presupuesto ontológico para ello es Dios (el principio de todo). De nada sirve que nos declaremos ateos o contrarios a la religión si seguimos manteniendo esos presupuestos ontológicos, reduciendo el pensar a la unidad, y cambiando a Dios por la Razón o por el Hombre. Es un simple cambio de monarca. Reducir toda la explicación de la realidad a un único principio es un legado del Cristianismo, "una secularización disfrazada".

Tras la exposición se desarrolló un bonito debate en el que quedó claro que si no se cambian los principios y los comportamientos, es indiferente que llamemos dios o razón o de cualquier otra manera, pues todo seguirá igual, sin cambiar nada.

El sábado 21 cerró las Jornadas de Librepensamiento , con la conferencia de Julio Reyero "Fundamentos, actitudes y comportamientos de una organización criminal: la Iglesia Católica". Empezó la exposición, acompañada de numerosas imágenes y textos, con el recordatorio de que vivimos una época de retorno a las pasiones, al misticismo, en definitiva a los miedos que alimentan las religiones y que las Iglesias pretenden que sean la base del funcionamiento social. Reyero se mostró incluso pesimista al considerar que es posible que volvamos a etapas de pensamiento que se consideraban olvidadas, recordando en este punto la conferencia del día anterior en la que se dejó claro que es importante comprender que la historia no es un progreso continuo o sin freno como sostienen las religiones o sus sustitutos secularizados. El autor considera la religión como un conjunto de creencias irracionales destinadas a explicar la naturaleza de las cosas y cuyas consecuencias han sido siempre la anulación de la voluntad de la persona, la potenciación de sus miedos, el sometimiento, el desarrollo de una fuerza ajena siempre al ser humano y, sobre todo, la represión de sus deseos y sus pasiones más esenciales y naturales. Se recordó la ausencia casi absoluta de documentos para considerar a Jesucristo un personaje histórico y, en cuanto a los mismos fundamentos de la creencia católica, se insistió en lo desastroso y contradictorio de su moral: su desprecio al cuerpo en contraposición a lo etéreo, su desprecio por las pasiones, la exaltación del sufrimiento, el fomento de la ignorancia y de la obediencia, la discriminación de la mujer y el apoyo a las estructuras patriarcales de convivencia, y de poder en general; en definitiva, un desprecio absoluto a la vida de este mundo. Los mitos bíblicos, considerados más o menos como alegorías infantiles, están copiados de creencias anteriores, por lo que algo tan sencillo y evidente como la falsedad del cristianismo queda oculto por siglos de dominación. Se repasaron algunos de los numerosos crímenes de la Iglesia Católica (genocidios, colonialismo esclavista, saqueos explícitos en el pasado, especulación capitalista en la actualidad, persecución de los investigadores científicos, connivencia con el fascismo, abusos sexuales sistemáticos...), su apoyo y adecuación al poder en cualquier época histórica y los privilegios que mantiene en el Estado moderno (por muy laico o aconfesional que se presente). Hechos que están en la historia, pero en los que no se insiste apenas o se desvirtúan los datos como parte del gran engaño.

Al igual que los días anteriores tras la conferencia hubo un entretenido debate.

Y hasta aquí lo que han sido estas 1ª Jornadas Librepensamiento que esperamos hayan aportado al desarrollo del ser humano en plenitud según la voluntad de cada cual.

Para finalizar, agradecer la aportación de todos los que con su esfuerzo y solidaridad han hecho posible estas jornadas.

Por la Anarquía. Ni Dios Ni Amo.

Grupo anarquista Volia


Crónica publicada en "Tierra y Libertad" nº 240

julio 2008


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